viernes, 31 de enero de 2014

Volvió la lluvia del ayer


         No me gusta lo que veo, no me gusta lo que oigo, el amor se desvanece, la frialdad del ser humano inunda nuestra sociedad, cada uno en su mundo y en su mente. Hoy me siento frágil y me asomo a la ventana del ayer, miro a través de ella y veo como volvió  la lluvia pero no volvió del cielo o del oeste sino la de mi infancia.  A través de ella observo ternura y alegría, veo ganas de vivir, en medio de todo esto, está mi viejo triciclo, azul como  un día de verano, brillante como la sonrisa de un niño, y está esperándome a mí. Cierro los ojos y me atrevo a pasar a través de la ventana, lo cojo,  me subo en él y me lanzo a la lluvia del pasado.
         Ahora estoy contenta, estoy feliz, juego en la calle con mis amigos, todos reímos y jugamos, los vecinos se saludan, hablan y   comparten emociones, los mayores hacen sus trabajos .Me veo correr hacia la figura de mi padre que me agarra con su fuerte mano y me hace sentir su calidez sobre la mía. Puedo sentir como apenas la posa sobre mi cabeza como si tuviera miedo a romperme, pero su mano es fuerte y firme, en ese momento no lo sabía, pero esa calidez paternal iba a ser uno de los recuerdos más importantes de mi vida, sus manos.
          Un golpe seco me hace de nuevo atravesar bajo la lluvia y volver al hoy, pero yo me resisto a volver y sigo empapada de recuerdos en la vieja ventana, ahora veo mi triciclo vagando solo por la habitación. ¿Qué espera? ¿a quien espera? Seguro que a otro niño con las mismas ganas e ilusión de empezar la aventura de la vida.


MARÍA PÉREZ GARCÍA. 19/11/2013